La lección de Geraldine

Ago 21, 2020 | Historias, T. Aumentados | 0 Comentarios

En las calles del Barrio Chispita, existen fronteras dónde los vendedores ambulantes no pueden pasar de una esquina a otra, porque si lo hacen podrían ser lastimados, o víctimas de algún tipo de violencia.

Geraldine es una vendedora de Aguacates que controlaba la zona de venta de estos productos en el barrio Chispita. Todos los días Geraldine caminaba muy atenta por su zona, buscando que otro vendedor no invadiera su territorio, ella era una persona muy posesiva con su lugar porque en el pasado enfrento muchas necesidades y no estaba dispuesta a compartir sus clientes. 

Geraldine pensaba: – Ojalá nadie se invada mi territorio, porque si pasa, lo acabo.

Un día llega a Chispita un vendedor llamado Harry, en búsqueda de ganar un poco más de dinero, ya que de dónde el proviene no gustan mucho de los aguacates. Él no sabía que allí existían fronteras y como Geraldine era la que tenía todo el control de esa zona.

Harry por suerte pudo vender sus aguacates porque Geraldine estaba enferma, pero el cliente fiel de ella llamado Samuel, fue a su casa y le avisó que alguien más estaba vendiendo el mismo tipo de productos y en su apreciado territorio. Geraldine, pregunta a Samuel – ¿cómo había ocurrido esto?, y él le dijo; – Harry tiene un amigo super héroe llamado Juan, que le ayuda a borrar las fronteras del barrio y, además, con su desconocido poder logra que las personas ayudantes de Geraldine a controlar el territorio no lo hicieran más.

Geraldine se llenó de rabia y decidió enfrentar a Harry y a Juan, para recuperar su zona. Cuando los encontró observo que ellos estaban rodeados de sus clientes y sus subordinados, y, además, estaban sonriendo y compartiendo. Ella no entendía que pasaba y decidió atacarlos a todos, pero antes de que ocurriera, Juan, lanzo su poder sobre ella. Geraldine se quedó inmóvil por algunos instantes mientras en su mente se proyectaba una imagen sobre su futuro, allí, ella comprendió que si seguía con las intenciones de controlar ese territorio y sobreponiendo su pensamiento y voz sobre los demás no iba a tener una buena vida.  

Ella cayo de rodillas sobre el piso llorando y pidió disculpas a todos los allí presentes, incluyendo a Harry y a Juan, al cual agradeció que abriera sus ojos.

Finalmente, Geraldine dijo; – un buen lugar es aquel en el que todos podemos ser libres y compartir con los demás sin preocuparnos por las malas intenciones y decisiones de otras personas además que el trabajo en equipo es la clave para convivir y salir adelante como comunidad-. A partir de ese día el barrio Chispita se abrió a los demás barrios y personas.

 

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